Hoy fui a enviar un par de cartas a la oficina de correos local, una de las cuales iba para Chile. Primero fui a preguntar cuánto costaba enviarla por servicio expreso, y el precio efectivamente era elevado. Unos 320 dólares precio base, lo que equivale a unos 20 mil pesos chilenos. Nada mal, considerando que el paquete se demoraba 4 días en llegar. Pregunté cuánto se demoraba en llegar por correo normal y me dijeron entre 7 y 10 días, lo cual es más menos lo que se demora Chilexpress en entregar encomiendas rápidas. Por lo que opté por la opción más 'lenta'. Fui al mostrador a pagar, y tuve que mirar dos veces la boleta. TRES DOLARES. Algo así como 200 pesos chilenos. Creo que el sistema de correos de acá debe de ser uno de los más baratos y eficientes que he visto en mi vida.
viernes, 16 de abril de 2010
lunes, 5 de abril de 2010
Toma el 48b y te deja cerca de la casa. ¿El número del bus? No, el número del barco.
Hong Kong está rodeado de pequeñas islas, de las cuales las que son suficientemente espaciosas como para albergar casas están habitadas. Por lo mismo, hay un eficiente y constante sistema de ferries y barcos que conectan la gran isla de Hong Kong con la parte continental de la ciudad y también con las islas colindantes. Lo cual convierte el transporte entre islas en algo sumamente conveniente y rápido.
Resulta que hace un par de días terminé tomando un par de cervezas tempranito por ahí en una de las islas, y antes de las doce de la noche (que era cuando dejan de circular las embarcaciones) tomé un barco de vuelta a la casa (o bueno, al puerto que está cerca del depto). Una experiencia casi religiosa y completamente nueva para mí, un individuo acostumbrado a manejar, caminar o tomar transporte público terrestre para volver a la casa.
Si bien no había sido mucho lo que tomé (literalmente dos cervezas), fue lo suficiente como para sentir que estaba dentro del estómago de un caballo galopante. El barco iba a varios nudos de velocidad y el oleaje semitormentoso hacía que éste se bamboleara de un lado para otro muy pronunciadamente. Lo cual encontré genial, e incluso tanta mecida me dio un poco de sueño. El resto de la escasa tripulación estaba medianamente asustada, pero eso supongo porque no tenían mucho espíritu de aventura (tal vez les faltaba cerveza).
Voy a ir a las islas más a menudo. Especialmente ahora que se acerca el verano. Je.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)