martes, 21 de diciembre de 2010

Agradecimientos australianos

Gracias a todos por las buenas vibras, resultaron efectivas a fin de cuentas! Al día siguiente de escrita la entrada anterior, mi cuadro ya estaba un poco mejor. Ayer todo se había reducido a la mitad y hoy, casi milagrosamente, desapareció hasta el último síntoma. Sólo tengo la garganta un tanto seca. Obviamente voy a seguir tomando antibióticos, pero estoy tiquitaca para el curso de buceo que comienza mañana. Wuhu! Gracias una vez más. ;)

domingo, 19 de diciembre de 2010

Mejora mejora mejora


Aprovecho este espacio para hacer una pequeña colecta. Resulta que hace unas noches se me enfriaron las patitas y me pegué un principio de sinusitis que derivó en sinusitis, para luego fluir lentamente por mis conductos internos y derramar alegría purulienta en mis amígdalas. Así que se podría decir que en estos momentos estoy con una sinu-amigdalitis purulienta (o purulenta, no estoy seguro) que me tiene un tanto frustrado, ya que re-parto de viaje mañana a sacar una certificación de buceo al norte y va a estar medio compliqueque (además estoy evitando por todos los medios posibles no contagiar a mi compañera de viajes).
¿Y qué hay que donar? (Preguntarían los más ansiosos. No se peleen por favor.) Buenas vibras! Para que me mejore pronto. :D Qué más fácil, ¿cierto? Ya estoy tomando antibióticos así que estoy rumbo a mejorarme, pero con un capital de buenas vibras lo suficientemente sustancial debería de ser capaz de sanar más rápido.

Aprovecho de desearles una próspera navidad y un feliz año nuevo a todos. Disfruten!

jueves, 9 de diciembre de 2010

Pasos estivales.

Libre. Al fin. Esto es, relativamente libre; aún tengo que terminar tres ensayos de unos pocos miles de palabras cada auno y enviarlos por correo electrónico. Por lo que aprovecho esta ocasión para actualizar mi pobre y abandonado blog. Este es un pequeño tour de los alrededores del depto en Hong Kong.

A unos cinco minutos a pie, se llega al canal. Es uno de los muchos que afluyen hasta la reserva de agua de Hong Kong, a unos pocos minutos más de caminata.
Hay un paseo peatonal bien amplio, además de una ciclovía por el costado. Es el camino que uso para trotar cuando los banquetes y las tomateras se tornan demasiado frecuentes. Son kilómetros y kilómetros de ciclovías y veredas, y si se ignora el calor y la humedad, la vista es bien bonita en varios puntos.
Cabe recalcar que el canal no se ve de lo más limpio, aunque no llega al nivel del Mapocho. Aun así, por ningún motivo le hincaría el diente a ninguno de esos pescaditos.
No me extrañaría que los sirviesen en alguno de los restoranes aledaños. Sin bromas, estos chinitos se comen todo lo que camina y que no sea auto (y todo lo que flota y no sea barco, y todo lo que nade y no sea submarino).
Al haber peces también hay una pequeña población de grullas que se alimenta de ellos, y le dan un toque un poco más místico al canalcito rodeado de edificios y construcciones de cemento masivas.
Luego de unos diez minutos a pie, se llega a la orilla de la reserva de agua de Hong Kong. O bueno, una de las reservas de agua dulce. A lo largo de la orilla corre la gran ciclovía, y en ciertos puntos se puede hacer asados o picnic. Es un excelente lugar para vivir, muy tranquilo y sin muchos mosquitos (al menos en el invierno).
En Hong Kong está asentándose el invierno, pero las temperaturas todavía oscilan por sobre los veintitantos grados. El verano es simplemente exhaustivo, por lo que caminar por parques con agua es una buena manera de refrescarse. Vivan las vacaciones!