Macao, región administrativa especial de China. Ciudad llena de casinos, que fueron liberalizados en 2001, el juego aporta el 50% del PIB de esta localidad de medio millón de habitantes. El resto se basa en el mercado textil y otros rubros menores.

Gracias a la temporada baja de turistas y ofertones de agencias de viajes, fuimos por una noche y nos quedamos en el hotel Grand Lisboa, uno de los más nuevos y definitivamente uno de los más llamativos. Pleno invierno en Macao, pero aun así la humedad y veintitantos grados hacían que la ropa se te pegoteara al cuerpo.
La fachada del hotel es ridículamente fastuosa, aunque imagino que hoteles en otros lugares como Dubai, los Emiratos Árabes y La Vegas pueden serlo más aun.
La vista era bastante bonita. Aunque las ventanas estaban medias sucias y los dos días que estuvimos nos tocó nublado (ah, querido invierno).
*Foto sacada de internet*
No salimos a comer, sino que más bien ordenamos comida a la pieza. Los precios eran casi los mismos que en restoranes de la calle, afortunadamente. Un caldo tailandés, uno que otro dumpling (buñuelo) y... la sopa de camarones. Oh, Dios. ¡Qué sopa! Servida dentro de una coraza de pan, humeante desde el comienzo, estuvo cercana a sacarnos lágrimas. Angel fue la primera en probarla. Se llevó una cucharada a la boca con cara curiosa, se quedó inmóvil y cerró los ojos, presa de una ola de placer que ignoro hasta qué mágicos parajes la habrá llevado. Pero me miró muy seria segundos después, y me ordenó: "Pruébala".
Ahora bien, en mis cortos años de vida he probado varias sopas de camarón; calientes, frías, en climas húmedos y secos; con camarones, sin camarones, con mucho sabor, desabridas, con legumbres, sin legumbres, acompañado, solo. Cuando cerré la boca y el líquido comenzó su paseo rutinario por lengua y paladar, el mundo cayó en silencio. En medio de la oscuridad escuché un murmullo, cada vez más y más cerca. Un banco de millones de camarones me rodeó, me sacó de la mesa en el hotel y me hizo viajar por los siete mares; las templadas maravillas del mediterráneo, la exuberante fauna del mar rojo, las exóticas aguas de los mares africanos e índico, los espectaculares corales del golfo pérsico y las tempestuosas aguas del mar de China. Sentí a cada uno de esos millares de camarones sonreírme, cantarme y bailarme, para luego traerme de vuelta a donde estaba sentado, al lado de Angel. Una buena sopa, diría yo.

Ah, sí, ¿mencioné que el hotel era fastuoso? Tenían varias esculturas en jade, madera, cerámica y piedra, de las cuales esta fue una de las dos que me llamó la atención. No estoy seguro si era alabastro o arcilla; había un vidrio que no permitía tocarla, pero el nivel de detalle era gigante. El trozo de obra debe de haber medido unos dos metros de largo por uno y medio de alto, donde había relieves de la gran muralla junto a varios otros elementos de la cultura.

La otra obra de arte que me llamó la atención fue un tronco de un par de metros de largo, que tenía tallada -o labrada- imágenes del clásico chino "viaje al oeste".

Junto a "Los tres reinos", "Borde de Agua" y "Sueño de la sala roja", "Viaje al oeste" es uno de las cuatro famosas piezas de literatura china, tesoros literarios creados a lo largo de la historia de este país. Serían algo así como tener cuatro "Don Quijote de la Mancha", pero creados en distintos contextos y momentos históricos. Y cómo no, si esta cultura, a fin de cuentas, tiene algunos miles de años.

Aparentemente, el tronco contaba con casi todos los personajes de la historia. Según Angel, algún erudito en el tema sería capaz de nombrarlos todos, pero son tantos que incluso "Cien años de soledad" se quedaría corto.

Lo que hace el tiempo libre. No quiero imaginar la cantidad ingente de horas invertidas en hacer este trabajo.

El lobby del Gran Lisboa.
Desde el siglo XVI, Macao fue visitada por Portugueses, quienes comerciaban especias y telas para y desde Portugal. Las relaciones prosperaron con el pasar de los siglos, hasta que a principios del 18o0, durante la guerra del opio, Portugal ocupó Taipa y Coloane, las dos principales islas que conforman Macao. A finales del mismo siglo, el gobierno de la dinastía Qing y el portugués firmaron un tratado donde China cedía los derechos de soberanía y gobierno sobre las islas, siempre cuando éstas no fueran alienadas si previo aviso. Finalmente, luego de años de revoluciones y guerras, Macao fue completamente devuelta a China en el año 1999.
Queridísimo Bruno:
ResponderEliminarTu relato me hizo reir y llorar (yo también quiero esa sopa de camarones!! Babeé cual perro de Pavlov xD)
Y la escultura!!! El tronco de Journey to the west me dejó pal hoyo!
Brunito, estoy muy -envidioso- contento que tu viaje esté saliendo tan cool =)
Te voy a mandar un mail más extenso más adelante. Un gran abrazo compadre!!!
Woka
Las dos últimas imágenes son extremadamente preciosas!-
ResponderEliminarAhijadito, que bien descrita tu impresión de la sopa de camarones, se nota tu peregrinaje por el mundo.
ResponderEliminar¡Cómo sería esa sopa.!
un abrazo.