miércoles, 25 de julio de 2012

Del Morado al Himalaya

No hace mucho me llegó computador nuevo, por lo que pude procesar varias fotos panorámicas que tenía en el tintero. Mi laptop "viejito" fue víctima de los altos niveles de humedad de Hong Kong y ya no estaba enfriando cuando tenía más de dos procesos corriendo, por lo que ni pensar en pegar las fotos con un programa como photoshop o autopano. Con suerte podía abrir firefox y skype sin que se me apagara el computador, uf! Pero, enhorabuena, logré procesarlas al fin. 

La panorámica de arriba es al comienzo de la caminata que lleva al glaciar colgante del Morado, en Cajón del Maipo. Se puede llegar en auto hasta bien adentro, pero hay muchas rocas en el camino y hay que hacer unas buenas peripecias que son más cómodas con autos 4x4 pequeños, tipo Suzuki Vitara. Para el resto de la plebe, las patitas son la opción. Lo cual no viene nada de mal, dado el paisaje indómito más que espectacular de los alrededores. Esta caminata puede fácilmente ser hecha por principiantes, y hasta los más avezados lograrán darle un vuelco interesante (hay hasta opciones de escalar en hielo durante el invierno).
Aquí se aprecia tanto el compañero de caminatas como el feroz glaciar colgante. Se ve pequeño en la foto, pero estaba a un par de kilómetros de donde estábamos. Como bien es retratado en libros de montañismo y especialmente en recuentos de aventuras en los Himalayas, a menudo la altura, la perspectiva y las dimensiones de las montañas y rocas hacen del estimar distancias una actividad sumamente propensa al error, lo cual le ha salido caro a muchas expediciones en el pasado. Partiendo con la primera conquista de una montaña de más de ocho mil metros, el Annapurna en Nepal, por una expedición francesa liderada por Maurice Herzog en la década del cincuenta. El libro sobre este periplo es más que recomendable.

 La expedición pasó más de un mes intentando encontrar una ruta por donde escalar la montaña. Nepal en ese entonces era un reino cerrado al mundo exterior, y los pocos mapas que habían estaban muy mal hechos.
Al cabo de varias semanas lograron "localizar" la montaña. Ellos mismos encontraban difícil de creer que fuera tan difícil dar con una montaña que prácticamente le está haciendo un piquete a la tropósfera. Encontrado el macizo, procedieron a establecer la línea de ataque y posteriormente a consumar el ascenso. La victoria le costaría al líder de la expedición varios dedos de manos y pies. 

1 comentario:

  1. Como gosto de montanhas!!!!
    Nunca tão altas, mais sim com todo o misterio dos cajones, vales, senderos, precipicios, vegetação, animais, agua, cor do ceu, neve, em fim....natureza pura.
    Lindas fotos meu querido.
    Te amo

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