lunes, 26 de diciembre de 2011
N.
Feliz navidad! No he subido las fotos nuevas al computador, por lo que esta es una entrada seca, breve, y nada más que aliñada con un puro signo de exclamación. Felices fiestas a todos.
domingo, 18 de diciembre de 2011
Desde las alturas
Uno de los hobbies más curiosos que he desarrollado este año ha sido el de sacarle fotos al monte Éverest. Desde la comodidad de mi hogar.
Cómo es esto posible? Muy fácil:
http://www.evk2cnr.org/WebCams/PyramidOne/everest-webcam.html. Una iniciativa entre departamentos de los gobiernos italiano y nepalés de traer este majestuoso ejemplar de montaña más cerca de la comunidad científica y -por consiguiente en este caso- del resto del público.
Así que con esta herramienta en la mano decidí armar nada más ni nada menos que una galería de la montaña más erecta de la superficie terrestre.
La cámara, intuyo, funciona con energía solar, por lo que hay veces donde la cámara no se actualiza durante varios días por haber tormentas que impiden que los rayos solares lleguen a darle pila al aparatito. Pero todo el resto del tiempo es posible admirar los atardeceres, cielos azules y la nube ocasional que corona aquella cumbre casi espacial.
Cabe también la coincidencia que en abril del próximo año debería tener una vista similar, sólo que en vivo y en directo. Tenemos planeado hacer una visita a los Himalayas y, dentro de las actividades, hay una escalada hasta el campamento base del Éverest.
Sólo espero que esta vez no me venga un edema pulmonar como la última vez que estuve en altura. Jajaja. En caso de que sobreviva a esta aventura, prometo un poco más de variedad de ángulos en las fotos.
jueves, 15 de diciembre de 2011
Laberintos, pasadizos y corredores. La magia china en acción.
Hoy fue mi misión relocalizar una agencia de viajes a la cual había ido hace unos dos años, para concertar una escapada breve la próxima semana. Para llegar a dicha agencia, había que ir a un mall que, más que uno, eran algo así como cuatro bloques de edificios conectados por gigantes pasillos llenos de tiendas. Dichos pasillos, obviamente, hacían de este espacio un solo gran centro comercial. El truco es que la agencia estaba en uno de los bloques de edificios que sobresalía varios pisos más arriba que las tiendas a simple vista; había que tomar un ascensor.
Sirviéndome de mi memoria con reminiscencias de paquidermo, llegué al lugar donde supuestamente estaba la entrada al piso donde supuestamente estaba el ascensor. No logré localizarla. Deambulé por los pasillos, intentando por último toparme con el ascensor o alguna pista de pura chiripa, también sin éxito. El lugar, dicho sea de paso, había mutado agresivamente desde la última vez que estuve ahí; el techo parecía estar más bajo, había más tiendas de moda y menos de comida, y habían colocado más salidas por los costados. Bah, pamplinas, ese condenado ascensor no me las puede ganar, pensé. Volví al punto de partida y comencé la búsqueda nuevamente, sólo que esta vez comencé por el otro lado (por el lado que había salido la última vez). Como por arte de magia, apareció una escalera mecánica que daba al segundo piso, piso donde estaban los ascensores.
Un tanto perturbado y a la vez fascinado, caí en cuenta que esta no es la primera vez que Hong Kong me hace este tipo de jugarretas. Al punto que estoy casi bajo la impresión de que hay ciertas tiendas, direcciones y lugares a los cuales no se puede accesar a no ser de que se haga algo específicamente especial para ello; caminar con el pie derecho en una esquina, entrar rápidamente antes de que se desvanezca la escalera, no quitarle la vista al pasillo para que no se esfume, pasar pegado a la pared para que el pasaje no se cierre... Es tan ridículo y aberrante como un cuento conjunto escrito por J.K. Rowling y Agatha Christie (sin ánimos de insultar a los fans de esta última), pero estoy cada día acercándome más a estar convencido de esta curiosa realidad. Si bien no tiene pies ni cabeza, es casi la única explicación que satisface a mi muy confuso sentido de la orientación (otrora muy acertado y casi infalible). Hong Kong es el único lugar en el que he estado donde me ha pasado tanto esto. Todo lo que es el misticismo asiático.
miércoles, 14 de diciembre de 2011
HK
De vuelta a casa, como quien diría. Luego de veintitantas horas de vuelo, posé en Hong Kong para quedarme por al menos cinco o seis meses más. Vamos que se puede! El cantonés no se me deterioró tanto como pensaba, logré hablar bien con los conserjes y la gente de las tiendas en los alrededores.
Los mejores deseos para estas fiestas, estimados lectores. Que esta sea una navidad para pasarla con los seres queridos, más que consumir y comprar cosas materiales como si no hubiera un mañana!
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