Hoy fue mi misión relocalizar una agencia de viajes a la cual había ido hace unos dos años, para concertar una escapada breve la próxima semana. Para llegar a dicha agencia, había que ir a un mall que, más que uno, eran algo así como cuatro bloques de edificios conectados por gigantes pasillos llenos de tiendas. Dichos pasillos, obviamente, hacían de este espacio un solo gran centro comercial. El truco es que la agencia estaba en uno de los bloques de edificios que sobresalía varios pisos más arriba que las tiendas a simple vista; había que tomar un ascensor.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzKytvihVj5vA3Nmj_VBrozFIcAzvPmvENNhKWLgc12au3TeMswSloIhxnQHQ46eSiAwgVJQi-P7EvvbG-UjOTYRx8cqKVJx8qcrYLkXQcXgnCZDEZ9Y0so4qHCHB9jUPQBQmBjeuwzB4/s400/DSC_5672.jpg)
Sirviéndome de mi memoria con reminiscencias de paquidermo, llegué al lugar donde supuestamente estaba la entrada al piso donde supuestamente estaba el ascensor. No logré localizarla. Deambulé por los pasillos, intentando por último toparme con el ascensor o alguna pista de pura chiripa, también sin éxito. El lugar, dicho sea de paso, había mutado agresivamente desde la última vez que estuve ahí; el techo parecía estar más bajo, había más tiendas de moda y menos de comida, y habían colocado más salidas por los costados. Bah, pamplinas, ese condenado ascensor no me las puede ganar, pensé. Volví al punto de partida y comencé la búsqueda nuevamente, sólo que esta vez comencé por el otro lado (por el lado que había salido la última vez). Como por arte de magia, apareció una escalera mecánica que daba al segundo piso, piso donde estaban los ascensores.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglz-4WP5kaN2c7qh6rP8Tt-OD-GXBC6RDXX2tG9Trm1S59__7TMTIcYxUC25btltC7xKjpzfHX8K_2byIZCs-NFAqVA-p-WA5gYj3DHq1IUXZCCHyXvsEOaZ1Rf_JxOpW7_ImgQnKKGYg/s400/DSC_1129.jpg)
Un tanto perturbado y a la vez fascinado, caí en cuenta que esta no es la primera vez que Hong Kong me hace este tipo de jugarretas. Al punto que estoy casi bajo la impresión de que hay ciertas tiendas, direcciones y lugares a los cuales no se puede accesar a no ser de que se haga algo específicamente especial para ello; caminar con el pie derecho en una esquina, entrar rápidamente antes de que se desvanezca la escalera, no quitarle la vista al pasillo para que no se esfume, pasar pegado a la pared para que el pasaje no se cierre... Es tan ridículo y aberrante como un cuento conjunto escrito por J.K. Rowling y Agatha Christie (sin ánimos de insultar a los fans de esta última), pero estoy cada día acercándome más a estar convencido de esta curiosa realidad. Si bien no tiene pies ni cabeza, es casi la única explicación que satisface a mi muy confuso sentido de la orientación (otrora muy acertado y casi infalible). Hong Kong es el único lugar en el que he estado donde me ha pasado tanto esto. Todo lo que es el misticismo asiático.
y....encontraste el local que andabas buscando?
ResponderEliminarSeguramente ya te sientes un poco nmas ubicado cada dia que pasa.
Que tengas un bonito fin de año!!!!!
Tu madredredredre
Nossas mentes e coração estaram comtigo nestas festas de fim de ano, que para nos a verdade, são nosso melhor momento de descanço e misticismo Lusitano, americano, brasileiro.
ResponderEliminarBeijos de teu
padredredredre (foi irresistivel fazer isto:):))
Hola Bruno!, te escribo, por una parte, para desearte unas felicies fiestas de navidad y fin de año y, por otra, para felicitarte por este blog que siempre sigo y encuentro super entrete, no solo por lo que publicas sino también por cómo lo publicas.
ResponderEliminarSuerte por esos lados, un abrazo desde chilito
Karina