jueves, 12 de enero de 2012

Pasan...tía

Mi primera misión fue cambiar las lámparas quemadas del techo. Si alguna vez me quedo sin empleo, ya sé en lo que puedo trabajar! Si bien mis primeras funciones fueron algo más rústicas de lo que pensaba, el torrente de trabajo en el computador que fluyó después de ese día me dejó casi sepultado en quehaceres y responsabilidades, intentando desproveerme de lo que otrora consideraba vida. Todo al más puro estilo Hongkongués, con sus buenas trabajadas hasta las dos de la mañana! Ya van dos en un espacio de cuatro días laborales, jaja. Mi jefa es a todo cachete en todo caso, e incluso cocina extra de vez en cuando, lo que la eleva a la posición de jefa estrella. En vez de explotarme ella, deja que me explote solo (lo que quizás le rinda más frutos, a decir verdad). Será que la trabajolicolía corre en alguna rama de la familia?

De toda formas, espero que el asunto se normalice la próxima semana, y tenga horarios un poco más normales. Probablemente en parte porque me ofrecieron otra práctica part-time mientras hago esta, y acepté, jojo. Uno siempre se las arregla de alguna forma, en todo caso. Felices fines de semanas a los lectores ávidos.

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