jueves, 9 de agosto de 2012

A la caza de ballenas

 Las migraciones de ballenas jorobadas son muy populares en Australia, especialmente porque es muy fácil verlas dado que pasan a pocos kilómetros de la costa. Por lo mismo, hay muchos tures que ofrecen, a lo largo del año, salidas a avistar estos cetáceos. Si bien no son lo más baratas del mundo, gracias a la tecnología y a sitios como Groupon, estas salidas son más accesibles para el ciudadano común y silvestre.  
Las migraciones ocurren entre junio y octubre de cada año, cuando las ballenas viajan desde las frías agua de la Antártica (donde abunda el krill, su plato favorito) hasta las más calidas aguas del Pacífico sur oriental. La razón es muy simple: para hacer guagüitas (también conocidos como ballenatos). Las costas del continente antártico, como bien puede imaginar el lector, son bastante heladas, por lo que una ballena recién nacida, al carecer de la capa de grasa que protege a sus progenitores, no podría sobrevivir mucho tiempo. Así que se van todas las ballenas de parranda hacia el norte, y lo hacen masivamente en pequeños grupos (aunque suene como oxímoron). 
 La verdad de las cosas es que, después de ver las fotos de las compañías que ofrecen estos tures (donde salen ballenas saltando, asomando la cabeza y haciendo todo tipo de piruetas), me embarqué con la cámara lista para registrar el Cirque du Soleil de los cetáceos, pero no podía estar más alejado de la realidad. Como bien me fui a enterar a medio camino, cuando las ballenas están migrando hacia el norte no tienen ningún interés en andar rebotando y dando espectáculos gratuitos. Lo único que quieren los ballenos es pisarse a la ballena, y éstas lo único que quieren es ir a tener sus bebés en paz. 
 De todas formas, no me puedo quejar: en algún punto de la travesía tuvimos cuatro de esto mamíferos bien grandes pegados al barco intentando ver quiénes eran estos animales bípedos haciendo tanto escándalo. La tripulación estaba tanto o más excitada que los clientes, corriendo de un lado al otro del barco y gritándose entre sí: "Aquí están, aquí están!"
 Cabe recalcar que voy a tomar el tur de nuevo, esta vez en septiembre u octubre, cuando debería haberlo hecho desde un pricipio. Esa época es cuando las ballenas ya vienen de vuelta con sus crías, y al tener menores mirando hacen todo tipo de demostraciones para enseñarle a sus bebés cómo debe comportarse una ballena de verdad. Espero que esta vez no me cancelen el tur como lo hicieron a primera vez: me pegué el pique hasta la Costa Dorada (el equivalente en distancia como ir a San Antonio) sólo para llegar y que me llamaran por teléfono diciendo que el barco no iba a poder partir porque tenía fallas técnicas encontradas esa misma mañana. Como dicen por ahí, la tercera es la vencida! 

2 comentarios:

  1. QUE INTERESANTE TRAVESIA. MENOS MAL QUE PUDISTE VER ALGUNOS ESPECIMENES Y TOMAR UNAS DECENAS DE FOTOS. IMAGINO QUE EL DIA ESTABA CON SOL, ASI PARECE SER SEGUN LAS FOTOS, QUE ESTAN MUY LINDAS, DE MAS ESTA DECIRLO.
    QUE SIGAN DISFRUTANDO DE ESE HERMOSO PAIS
    TU MADRE

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  2. Si la primera foto corresponde a aquele Sán Antonio en Australia, puchas!!!!!
    Creo que vou querer ir a comer um peixe nesse lugar.

    Beijos meu navegante
    Teu pai

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