sábado, 18 de agosto de 2012

Campamento base

El camino al campamento base de la cara norte del Éverest está muy bien mantenido estos días. Se puede incluso llegar en auto casi hasta donde se instalan las carpas de las expediciones. Hasta hace un par de décadas, dicho camino no existía. Sólo había huellas por las cuales circulaban los nómades y sus yaks. En la actualidad, los nómades establecen su carpas desde finales de marzo y comienzos de abril, para captar el flujo de turistas que esporádicamente visita por esa época. Dichas carpas ofrecen alojamiento para aquellos aventureros que quieren la auténtica experiencia tibetana, durmiendo en carpas nómades y comiendo comidas preparadas en estufa de heces de yak.
Desde hace algunos años, ha habido mucha polémica por la afluencia en aumento de expediciones comerciales y la consiguiente conquista de la montaña por parte de personas con credenciales alipinísticas dudosas pero con mucho dinero. No tanto por el hecho de que más personas tengan acceso a la montaña, pero más bien por un asunto de seguridad. A menudo ha ocurrido que gente con poca o ninguna experiencia en altura o experiencia en escalada en hielo crean verdaderos atochamientos camino a la cima, poniendo en riesgo sus vidas y la de los demás escaladores (muchas veces con consecuencias fatales).
 
Probablemente el caso más insigne de esto ocurrió en la primavera de 1996, donde un mal giro de los acontecimientos le costó la vida a ocho personas en un solo intento a la cumbre (en toda esa temporada murieron unos 15 escaladores). La tragedia está retratada en los libros En el aire fino  (Into thin air) por Jon Krakauer, y La escalada (The climb) por Anatoli Boukreev (ambos muy recomendables).

La pura caminata entre el hostal y el campamento base nos dejó hechos unos estropajos, y eso que eran "solo" 8 kilómetros a "solo" 5100 metros de altura... Arriba en la montaña el cuento es totalmente distinto. Si nos da el pellejo y la preparación, quizás intentemos algún ocho-mil "chiquitito" en el futuro. Por el momento, estamos lentamente preparándonos y adquiriendo experiencia. El próximo objetivo: El Kilimanjaro. 

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